Yo también fui niño, un «angelito de Dios». En la escuela, la maestra nos eseñó que Balboa, el conquistador español, había visto, desde una cumbre de Panamá, a un lado el océano Pacífico, y al otro lado el océano Atlántico. Él había sido, dijo la maestra, el primer hombre que había visto esos dos mares a la vez. Yo levanté la mano: -Señorita, señorita. Y pregunté: -Los indios, ¿eran ciegos? Fue la primera expulsión de mi...