#111 Lo que intento explicar precisamente es eso: que no existe ningún “bloque civilizador” que vaya por el mundo repartiendo democracia como si fuera ayuda humanitaria. Ni ayer en Afganistán, ni hoy en Venezuela, ni mañana donde toque. Cada intervención deja un rastro que luego nadie quiere mirar.
Reconocer los desastres internos de Venezuela no obliga a tragarse sin pestañear que una potencia extranjera venga a “arreglarlo”. Porque si algo nos ha enseñado la historia es que cuando entran, no lo hacen por los derechos humanos ni por el bienestar de la gente, sino por intereses estratégicos. El resultado ya lo conocemos: países rotos, poblaciones hundidas y discursos heroicos para justificarlo todo.
Que Afganistán sea ahora un ejemplo perfecto del fracaso de esa “democratización” debería ser suficiente para desconfiar de cualquier misión salvadora. Por eso digo que hay que mirar todas las capas del problema: Maduro y sus abusos, sí; pero también el uso político del sufrimiento ajeno para legitimar intervenciones que luego jamás dejan algo mejor atrás.
Y respecto a China y Rusia… wtf precisamente.
Que dos potencias tengan sus propios intereses en Venezuela no convierte mágicamente a la tercera potencia en un actor altruista. Criticar a EE.UU. no significa defender a Rusia o a China. Significa entender que todos los grandes bloques juegan exactamente al mismo juego: aprovechar debilidades, obtener influencia y vender su relato.
Cada uno lo hace a su manera, con sus métodos y su propaganda.
Y si un país se convierte en campo de batalla geopolítico, ninguna de esas potencias va a velar por la gente que vive allí. Ni Moscú, ni Pekín, ni Washington. Todos van a mirar primero por lo suyo.
Por eso no compro el argumento de:
“Rusia y China también están ahí, así que mejor que entre EE.UU.”
Eso es simplemente cambiar un actor interesado por otro igual de interesado y esperar un resultado distinto.
La crisis venezolana es responsabilidad de su gobierno, sí.
Pero convertirla en una pelea de imperios solo añade otra capa de problemas encima de los que ya existen.
#105
Entiendo la gravedad de la crisis venezolana y nadie niega el sufrimiento que ha vivido la población durante años. Pero reconocer eso no implica asumir que cualquier intervención externa sea automáticamente “la solución” ni que quienes la promueven lo hagan movidos por la pureza moral. Se pueden criticar los errores y abusos del chavismo y, al mismo tiempo, examinar con lupa los intereses geopolíticos de quienes llevan décadas decidiendo qué países merecen “liberación” y cuáles no.
Y más aún cuando esos mismos actores vulneran derechos humanos internacionales fuera de sus fronteras de forma rutinaria, pero siempre en nombre de la libertad y la democracia .
Lo de siempre:
Rusia, China, hambre, robo… ¡Perfecto, vía libre para intervenir!, y no para ayudar, sino militar y mediaticamente imponer un relato.
Cuando el relato encaja, la conciencia queda limpísima.
Cuando no encaja, entonces ya no toca preocuparse por el sufrimiento de nadie.
¿Esa es una forma bonita de decir que necesitan abaratar el precio de la mano de obra no?, y de ser muy muy ignorante y despreciar la educación superior. Mientras tanto en China, planifican, ejecutan planes y automatizan!, ¡que horror!.
#34 Sale de MAR, porque mentir ante el Tribunal Supremo sobre algo tan fácilmente comprobable sería demasiado incluso para alguien que se considera del “lado bueno de la historia”. Pero fíjate en lo retorcidos que son los hechos y en lo distorsionada que está la realidad: quien lleva meses abriendo los informativos es, nada menos, que el máximo responsable del Ministerio Fiscal.
Vamos, que otra “exclusiva” basada en papeles filtrados, y aquí nadie pregunta cómo salen esos documentos del sumario. Pero tranquilos, los que filtran nunca pagan el pato.
En cuanto al “escándalo”, qué sorpresa, ¿no? Contratos públicos adjudicados por amiguetes en plena pandemia. Lo de siempre, solo que con nuevos nombres. Eso sí, ¿a cuánto vendía este el kilo de material sanitario? Igual podían hacer algo de periodismo y contarlo.
#22 En el caso del fiscal general, los hechos apuntan a lo contrario de lo que se dijo al principio: varios medios ya tenían el correo del novio de Ayuso antes de que llegara a la Fiscalía (El País, “Dos periodistas declaran que accedieron al correo filtrado del novio de Ayuso mucho antes de que lo tuviera el fiscal general”, 9 de enero de 2025), y MAR reconoció que lo difundió él mismo a la prensa (Infobae, “MAR reconoce que difundió el email del fiscal que investigaba al novio de Ayuso y dice que se lo dio la defensa”, 8 de enero de 2025). La propia Fiscalía ha declarado que no tuvo acceso a ese correo la noche de la filtración (El País, “Los jefes de comunicación de la Fiscalía declaran que no tuvieron acceso al correo sobre la pareja de Ayuso la noche que se filtró”, 21 de enero de 2025). Es decir, no hay pruebas de que la filtración saliera de la Fiscalía, y las evidencias conocidas van en dirección contraria.