Que la Torre Eiffel pudiera estar en Barcelona, la halitosis de Clark Gable, la decisión del ejército inglés de no aceptar a Lawrence de Arabia por no dar la talla o la de la agencia de publicidad neoyorquina que aconsejó a Marilyn Monroe que se dedicara a otra cosa porque "no llegaría a ser ni buena modelo ni buena actriz" son algunas de las curiosidades que reúne el escritor José Miguel Carrillo de Albornoz en su libro Las hemorroides de Napoleón y otras 499 anécdotas que pudieron cambiar (o no) la historia.
Comentarios
Lo primero es que los americanos tendrían una imagen muy distinta de Europa. Desde todas las ventanas de Barcelona se vería la Torre Eiffel, y Europa no sería un gran país cuya capital el Paris.
#3 es que soy catalan y he sido educado en un régimen totalitario que proscribe el castellano en las aulas
#2 senzillamente
Mierdaaaaaa, acabo de perder la vista.
lo de la Torre Eiffel en Barcelona no me cuadra, almenos con las dimensiones que tiene el monumento actual. Cualquiera que haya estado en Paris ha visto que la Torre Eiffel ocupa una superficie del que Barcelona sencillamente no dispone y menos en la ubicación que se cita...
Buff si la Torre Eifel se estubiera en Barcelona ahora los vecinos de la zona se manifestarian para que el AVE no pasara por debajo.
Lo que a Lawrence de Arabia no se le admitió en el ejército por corto de talla es la historia "políticamente correcta oficial"; en verdad no se le admitió por su conocida condición de homosexual (los que tenían una mínima porción de sangre azul entraban en el ejército de su "cachondísima majestad" aunque midieran la talla de Papá Pitufo).