Cuando Nicolas Sarkozy acabe su carrera política pasará al limbo de los ex presidentes y la Historia le pondrá en su sitio. Si estará en un pedestal o arrinconado depende de sus méritos y deméritos, lo que es irrefutable es que su hoja de servicios tendrá un anexo igual de grande con sus mentiras. La nueva: niega haber diferenciado entre trabajadores y 'verdaderos trabajadores' de cara al 1 de mayo
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