Para la obesidad se han encontrado muchos culpables: los huesos grandes, la comida basura, los genes o unos padres incompetentes. En los últimos años ha aparecido un nuevo responsable: la flora bacteriana del intestino. Los intestinos humanos están llenos de microorganismos que ayudan a la digestión y también evitan que sus homólogos patógenos nos invadan. En esta simbiosis algunas bacterias son mejores que otras a la hora de suministrar alimento a sus huéspedes humanos, y también parece que, por mecanismos que aún no se conocen, son capaces de
|
etiquetas: dietética , nutrición , biología