La exposición a la saliva de insectos picadores podría proteger a las personas frente a infecciones por parásitos de insectos. Si los componentes de la saliva que confieren protección pudieran ser aislados, podrían emplearse para aumentar la fortaleza de futuras vacunas frente a la malaria y otras enfermedades letales.Este fenómeno ya se había observado antes en la leismaniasis, una enfermedad cutánea propagada por mosquitos de los géneros Lutzomyia y Phlebotomus y que afecta a muchos soldados estadounidenses que vuelven de Iraq.
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