Todo lo que se publica permanece, allá dónde usted y yo perdemos la memoria, siempre habrá un buscador que encuentre lo que hemos perdido. Delegamos en los motores nuestro pasado y ellos rastrean la Red para traernos lo que fuimos o lo que fueron aquellos a quienes tratamos de localizar. Esto es estupendo y nos permite una capacidad de buceo y documentación contra el que no puede rivalizar ninguna alternativa analógica. Pero seamos honestos, esto también es un asco, no hay quien se esconda de Google.
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