El verano del 2007 dejó una cierta sensación de desnorte en Galicia: temperaturas frías que no se recordaban desde 1988, precipitaciones elevadas, embalses rebosantes de agua... Y el otoño de este mismo año va por ese mismo camino, pero por lo contrario: temperaturas suaves que invitan a la camiseta y a la playa y rachas de hasta 20 días consecutivos sin que haya caído una gota del cielo. Mientras en unos lugares llueve a mares, en otros estamos secos como arena del desierto.
|
etiquetas: lluvia , sequia , galicia , cambio climático