Inamura Yoneiji, un japonés de la prefectura de Gunma, ha creado durante seis años una estatua en honor del alma de los insectos, la mayoría de los cuales son cucarachas. Según el autor "durante los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, los niños japoneses eran muy pobres y tenían pocos entretenimientos, a parte de cazar insectos, que morían al poco tiempo. Haciendo una estatua con sus cuerpos, quizás sus almas puedan descansar en paz". (via digg)
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