Dos empleadas de la Fundación Gorila, en California, han denunciado a la organización por despedirlas al negarse a enseñar sus senos a Koko, la gorila capaz de comunicarse por señas con sus cuidadores. Nancy Alperin y Kendra Keller, las cuidadoras, se vieron presionadas por la fundación para que dejaran sus senos al descubierto ante la gorila como forma de ganarse su confianza.
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