Se ha extendido internacionalmente la interpretación de la marcha Radetzky como colofón de los conciertos de año nuevo, sea el famoso de Viena o cualquier otro que imite su estructura e intención. Esta marcha es mundialmente conocida por cerrar los conciertos de año nuevo de la Orquesta Filarmónica de Viena, y para la mayoría de la gente que lo tararea y aplaude tiene un carácter jocoso y festivo, pero ajeno a lo militar.
Froschauer, el director, al ver que las partituras llevaban siendo copiadas y vueltas a copiar, y estaban llenas de correcciones, erratas y anotaciones, le pidió al archivo una nueva transcripción. Y eso es todo. Se va a tocar exactamente la misma versión que se ha tocado hasta ahora, el público no va a notar nada, sólo los músicos tendrán partituras más limpias delante de sí. La noticia se ha ido deformando al ser copiada de medio online a medio online, cada vez exagerando más, hasta llegar al bulo que nos regaló hace poco Las Provincias, y que aparece citado en este "artículo". Aunque aquí ya hablan de "quemar libros". Una simple transcripción de la misma versión, indistinguible de la del año pasado por el público, y aquí ya se habla de "quemar libros". La próxima vez hablarán de los bebés que se comió la Filarmónica de Viena, supongo.
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Froschauer, el director, al ver que las partituras llevaban siendo copiadas y vueltas a copiar, y estaban llenas de correcciones, erratas y anotaciones, le pidió al archivo una nueva transcripción. Y eso es todo. Se va a tocar exactamente la misma versión que se ha tocado hasta ahora, el público no va a notar nada, sólo los músicos tendrán partituras más limpias delante de sí. La noticia se ha ido deformando al ser copiada de medio online a medio online, cada vez exagerando más, hasta llegar al bulo que nos regaló hace poco Las Provincias, y que aparece citado en este "artículo". Aunque aquí ya hablan de "quemar libros". Una simple transcripción de la misma versión, indistinguible de la del año pasado por el público, y aquí ya se habla de "quemar libros". La próxima vez hablarán de los bebés que se comió la Filarmónica de Viena, supongo.