Para traer agua a una Barcelona sedienta se ha hablado de barcos y ahora se habla de trenes. RENFE, que no goza de mucho prestigio en la ciudad condal, está dispuesto a atraer el agua en tren, probablemente en AVE, que así llegará más rápido. El cúmulo de disparates que hemos escuchado durante las últimas semanas demuestra la clase política que tenemos: incapaz. La verdad es que España no puede elegir entre trasvases y desalación, entre el PP y el PSOE: necesita ambos.
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