Mucha gente parece confundir la felicidad, con la excitación que generan los juguetes tecnológicos de la actualidad en el momento en que los adquieren. Eso no es más que una simple distracción temporal, que se vá cuando nos acostumbramos a tenerlo. Así lo demuestra este estudio realizado por la Fundación Londinense de la Nueva Economía.
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