La Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid no intenta alegrarnos la vida. Distribuye bilingüismo de pacotilla entre sus ciudadanos con la misma alegría que ciertos yogures confieren el don de la regularidad excrementicia. El objetivo final del Gobierno Aguirre, transformar todos los ingresos por impuestos en gastos por publicidad, está cada vez más cerca.
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