Ciertamente, su producción de las últimas tres décadas se ha adentrado inquebrantablemente en ideas extrañas (y dolorosamente geniales) que han avivado regularmente la controversia. Ese tipo de reportaje es, por naturaleza, reductivo. Es el complejo artístico-industrial que busca titulares y frases ingeniosas de visiones estéticas que, como en el caso de tantos como Cerný, suelen ser complejas y sutiles. Cerný, por supuesto, entiende el juego. Sin embargo, parece que prefiere centrarse en crear
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Incluso la escultura que mean sobre un país, realmente es impersonal por muy patriota que seas(bueno, hay por ahí unas cabezas). Que la propia Praga lo compre dice mucho de los checos para bien.