Chicago, Illinois. 1º de mayo de 1886—Los trabajadores que desde febrero se negaban a que les descuenten más de su salario para construir una iglesia, redoblaron la apuesta y exigieron una ley que proteja el derecho a las ocho horas laborales. Como un reguero de pólvora, doscientos mil obreros iniciaron una huelga masiva en reclamo por los tres ochos que hacen un día de 24 horas: ocho horas para dormir, ocho para trabajar y ocho para vivir como seres humanos.
Comentarios
Tres días después, las protestas pacíficas terminaron con la masacre de Haymarket y, finalmente, en la condena a muerte de los trabajadores que no estaban del lado del más fuerte. Ocho líderes sindicalistas fueron acusados de anarquismo y cinco de ellos lo pagarán con sus vidas.
Y seguimos trabajando 8 horas (por decir solo lo legal), pero produciendo 100 o 1.000 veces más que hace 100 años.
Colectivistas peligrosos, esos. Menos mal que todavía tenemos a los activistas de la livertah berdaderah un siglo después luchando por lo que de verdad importa. Gracias liberales.
#4 Ya estamos, el típico que quiere imponer su opinión sobre el libre acuerdo entre empleado y patrón. Y encima hasta querrás imponerlo bajo la coerción violenta de un estado opresor... Faichista!!!
#5 Un estado máximo. Maximarquismo!
#6 Y dale con el error categorial. Que manía con tratar al mercado como si este fuera algo dentro de un estado y limitado por lo que un estado permite o no, ¿pero como se os ocurre pensar eso?, ¿no ves que tanto mercado como estado forman parte de una taxonomía al mismo nivel, con unas características comunes que nos legitiman a negar el uno con el otro?
Más mercado = menos estado. Menos estado = más mercado... ¿qué pasa, que no lo ves esto o qué?
¡Qué barbaridad!
Tantos años de lucha con pérdida de vidas humanas para conseguir derechos laborales, y llevamos años retrocediendo en esos derechos por efecto de la tecnología que suprime puestos de trabajo, no es nada nuevo. Cada día se incorporan más personas al mundo laboral, mientras se reduce el empleo.