Durante un podcast, el soldado israelí Yarden Megira habló con orgullo de haber ordenado el uso de un lanzacohetes LAW contra un edificio en Gaza a pesar de saber que había una familia dentro. Dice que le dijo a su compañero: «Me importan una mierda», e insistió en disparar a pesar de la advertencia. Megira continuó describiendo su evidente emoción, diciendo: «Mira qué divertido es oírlos arder». El crudo relato plantea serias dudas sobre la aparente falta de responsabilidad de los soldados israelíes que admiten haber atacado a civiles en Gaza.
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