El 23 de octubre de 1943, un transporte de aproximadamente 1700 judíos polacos con pasaportes extranjeros partió del campo de concentración de Bergen-Belsen, en Alemania. Llegaron en trenes de pasajeros al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau, aunque se les dijo que los llevarían a un campo de transferencia llamado Bergau, cerca de Dresde, desde donde continuarían a Suiza para ser intercambiados por prisioneros de guerra alemanes.