Esta mañana los niños y las niñas del CEIP Ginés Morata de Almería han visto sus libros por los suelos, sus ordenadores rotos y su clase destrozada. Imagino que la sensación que han vivido habrá sido de desasosiego, de miedo y, quizás, de ira contenida porque alguien ha violentado la paz y alegría de la escuela; no sé si alguna vez, querido lector, querida lectora, te han robado o si alguien ha entrado a robar en tu casa, pero te garantizo que la sensación que deja es de una suciedad muy profunda, de un miedo atávico...
