En este artículo nuestro compañero @themarquesito nos hablaba de la idea de progresividad fiscal ya en los escritos de Thomas Jefferson.
Así que aquí traigo varias citas de los Discorsi de Maquiavelo en los que, sin emplear exactamente estos términos, hablaba de algo muy similar hace ya medio milenio:
"Tenía la ley agraria [romana] dos puntos principales: el uno disponía que no pudiera poseer cada ciudadano más de determinado número de fanegas de tierra; el otro, que el territorio ocupado a los enemigos se distribuyera al pueblo romano.
Causaba, pues, dos perjuicios a los nobles, porque los poseedores de mayor cantidad de tierra de la permitida por la ley (que eran casi todos patricios) debían perder el exceso, y distribuyéndose entre la plebe los bienes de los enemigos, se privaba a la nobleza del medio de enriquecerse. Esta agresión contra hombres poderosos, rechazada por estos en nombre del bien público, siempre que se renovó produjo perturbaciones en la ciudad.
Los nobles, con paciencia y habilidad, dilataban la observancia de la ley, o enviando un ejército fuera de Roma, o haciendo que al tribuno que la proponía se opusiera otro tribuno, o cediendo en parte, o fundando una colonia en las tierras que se hubieran de distribuir [...]
Los instintos ambiciosos de los nobles son tales, que si por varias vías y de diversos modos no son combatidos, pronto arruinan al Estado. De suerte que si con las luchas ocasionadas por la ley agraria tardó Roma trescientos años en ser sierva, acaso hubiese llegado mucho más pronto a la servidumbre si la plebe, con esta ley y con sus otras muchas aspiraciones, no hubiese refrenado siempre la ambición de los nobles."
¿Y a qué llama "nobles" el florentino? Él mismo lo aclara; a ver si vemos alguna similitud actual:
"Llamo nobles o caballeros en este caso a los ociosos que viven abundantemente de las rentas de sus numerosas posesiones, sin cuidarse para nada de cultivarlas ni tener ninguna otra ocupación o profesión de las necesarias para la vida. Los que en este caso se encuentran son perniciosos en cualquier república o Estado, y aún lo son mucho más los que no solo tienen bienes, sino también castillos y súbditos que les obedezcan. "
Y como dijo Jesucristo, "quien pueda entender, que entienda".