Después de leerme el estupendo artículo de Livingstone, y los comentarios, sobre los motivos para que en Cataluña triunfe la ultraderecha, me gustaría mirar el tema desde otra óptica, para salir un poco de nuestra cámara de eco.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que la juventud catalana, por razones conocidas, ha sido educada desde hace décadas en la cultura identitaria. Lo importante es saber quién eres, qué idioma hablas, y qué patria tienes en el corazón. Es algo que han promovido los nacionalistas y que difícilmente se puede negar. Lo que pasa es que todo aprendiz de brujo corre el riesgo de que la gente se quede solamente con una parte de su mensaje y al final salga el conjuro por donde menos se lo espera.
Pensaron crear patria, crear país, y crear nación, y lo que crearon fueron supremacistas convencidos de que su identidad se está borrando. Quisieron crear personas reivindicativas y lo que crearon fue resentidos, ávidos de buscar agravios. Y en vez de encontrar esos agravios en España, los encuentran en los inmigrantes. Vaya putada.
Los medios han machacado, sí, pero en el caso concreto de Cataluña han sido los medios nacionalistas, que mira por dónde, qué raro, crean personas nacionalistas, irredentas y agraviadas. Porque el nacionalismo identitario va de eso: nos roban, machacan nuestra cultura y nos oprimen.
Así que el primer motivo de que los jóvenes catalanes voten a VOX o a Alianza Catalana es ese: los hicieron nacionalistas y votan nacionalista, aunque no a la bndera que sus padres y abuelos esperaban.
Y luego está el tema del autodesprecio, que da título a esta reflexión.
Desde hace bastante tiempo, la izquierda insiste en el tema del autodesprecio, que es algo que encaja muy mal con el temperamento de los jóvenes, que quieren estar orgullosos de sí mismos y de lo que son. Si eres un hombre, eres un posible violador. Doma tu masculinidad. Reprímete, joder. No mires a las chicas o eres un baboso. El hambre en el mundo y la pobreza son culpa tuya, por el colonialismo, y por la injusticia que tu modo de vida fomenta. Si el planeta está hecho un mierda, es culpa tuya. Tú eres el que tiene que parar el cambio climático y no lo estás haciendo. Deja de viajar. Deja de consumir. Decrece. Los países pobres tienen derecho a contaminar ahora igual que los tuyos lo hicieron antes. No comas carne, porque los animales sufren. ¿No te da vergüenza tener que sacrificar otras vidas para tu placer gástrico? Ningún ser humano es ilegal: todos tienen derecho a venir aquí y eres un miserable si los rechazas. Son personas. Son como tú. Tienen derecho a vivir donde quieran, y si te molesta perder tu identidad eres una mierda y deberías hacértelo mirar. Mira en la ley o mira en tu corazoncito: en uno de los dos sitios encontrarás el derecho a que vengan menores sin trabajo y sin papeles. O tienen derecho jurídico o tienes obligación de compasión. Una de dos, según nos de por argumentar. Pero que vengan.
La lista es infinita y el cabreo de los jóvenes, creciente. Porque no les da la gana odiarse. Porque creen que alguien utiliza la ética de víctimas y opresores para explotarlos. Porque todo ese discurso les parece una simple ordeñadora instalada en sus vidas.
Así que un buen día, dicen: a tomar por culo. Y votan al que les propone estar orgullosos de su tierra, de su gente, de su cultura y de su modo de vida. Y sobre todo, al que le hace un corte de mangas a toda esa gente que les insulta permanentemente. Y ya les da igual que les llamen machistas, xenófobos, homófobos, fascistas, o lo que sea, porque han asumido que se lo van a llamar igual, aunque traguen, porque el verbo tragar tiene la puta manía de ser infinito y el autodesprecio, si lo aceptan, no va a terminar nunca.
Y ahí es donde se jode todo.
Saludos.