Lo bueno que tiene la agenda de las reivindicaciones es que resulta totalmente previsible. Cuando un movimiento se agota, o empieza a resultar aburrido, se le pone un palo (método español) o se mezcla con otro de los antiguos en busca de un nuevo caladero de "me gusta", retwits, y subvenciones. Aunque en las redacciones de los periódicos circula ya una porra sobre cual será el nuevo mantra, y las opciones son muchas, yo apuesto por el ecofeminismo. Si eso es algo o nada, si se ajusta a alguna definición o habrá que inventar una narrativa …