No sé en que tiempos vivimos, pero ahora parece que más que conseguir algo, lo que importa es que no sé quién, alguien destinado al efecto, te considere ganador. Porque para ganar no basta con conseguir lo que querías, sino que es necesario que otro, no sé qué gilipollas, o qué genio, o qué mago del Tribunal Supremo de la Tierra Media, te nombre vencedor. Ya no importa tanto lo que pasa en la realidad. Importa el árbitro, que en el boxeo, en este ring, cuenta hasta diez. Importa que ese tío de la sudadera y …