Como os podéis imaginar, a Donald Trump le hace mucha, mucha ilusión ser el primer usuario del nuevo avión, y quiere decorarloa gusto, con doraditos y horteradas ochenteras varias. Al presidente no le gustan los VC-25 actuales, con sus interiores diseñados por Nancy Reagan y aire de vaga obsolescencia. Así que el hombre anda desesperado por o bien conseguir que Boeing entregue los aviones cuanto antes, o bien tener un juguete nuevo para su corte imperial.