Aunque siempre ponemos el foco mediático sobre la secundaria, el punto negro del sistema educativo catalán es la primaria, y, aunque decirlo sea incómodo, buena parte de la culpa reside en unos maestros mal formados, sin los conocimientos necesarios de lengua y matemáticas . Seguramente muchos no deberían haber entrado nunca en los estudios de educación por falta de un buen nivel previo, pero además se encontraron unas facultades que les ofrecieron unos planes de estudio poco rigurosos, una exigencia baja y mucha ideología.