El líder político y religioso protagoniza el documental ‘Sabiduría y felicidad’, que se estrena el 30 de abril en los cines y en el que reflexiona mirando a cámara sobre cómo controlar las emociones negativas en el convulso siglo XXI. “Todos somos seres humanos iguales. Sin ninguna duda, todos deseamos la paz, la felicidad. Pero el siglo XXI no va a ser un siglo fácil. Hay miedo, ira, odio. Por eso el mundo necesita conocimiento sobre nuestra mente, sobre nuestras emociones, sobre cómo abordar esas emociones”
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Una persona que ha crecido desde bebé aislado del mundo no ha podido aprender las cosas básicas de la vida. Habrá estudiado mogollón de teología budista, pero no sería capaz de ir a comprar el pan sin un séquito de criados.
A los lamas los metían de… » ver todo el comentario
Fue una broma que se le fue de las manos, pero no era un acto privado, había cámaras, gente, los padres del niño. Fue una cagada de la que tuvo que disculparse y de las que ha quedado marcado, pero no fue un abuso ni había esa intención.
Luego lo del control emocional sí está dentro del tema que se supone que controla, la meditación budista.
Al personaje ese del lama lo usó la cia encumbrandolo en un intento de desestabilizar a China, y no funcionó, También lo intentaron con el tema Hong Kong y mas recientemente con los Uigur.
El menda ese es un gañán que no pinta nada...un producto de Hollywood , un charlatán mas...al que hace tiempo ya han desechado.
www.youtube.com/watch?v=kZjrAQt_tEc
El Dalai Lama apenas sale de su círculo de monjes que son como un muro entre él y el mundo. No es una persona como tú o como yo, que puede bajar a la calle a tomarse un café y oír lo que pasa en el… » ver todo el comentario
Hay una sutil diferencia entre querer existir tú para que puedas ayudar a otros a existir, y querer ayudar a otros a existir para que ellos te ayuden a ti a existir. El orden de los factores no altera el producto (vas a seguir actuando teniendo que considerar tu propia existencia como un parámetro importante), pero sí marca un matiz.
Parece ser que algunos de estos abusadores aportan mucho dinero para el mantenimiento de la comunidad tibetana exiliada en la India. El Dalai Lama no puede prescindir de esta ayuda.
Otra vez tirando de nostalgia. Eso lo puedes aplicar a cualquier siglo.