Ya no hay referencia a la lucha de clases como eje vertebrador, ni análisis económico del poder. En su lugar, han ganado espacio las luchas identitarias, el enfoque de derechos,...El problema no está en esas demandas en sí —muchas de ellas totalmente legítimas—, sino en la forma en que han sido convertidas en sustitutos de la lucha estructural. Se habla de “privilegios” en lugar de explotación. De “espacios seguros” en lugar de huelgas. De “microagresiones” en lugar de despidos masivos. La rabia no se organiza: se estetiza. Se teoriza. Se mone
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etiquetas: rebeldía inocua , apuntalamiento del sistema
Pero si es una pantomima ridícula para entretener a empáticos.
Solamente lo que se montó en Cataluña cuando lo del referendum constituyó un problema para el poder.
Sólo hay que ver a todos los zurdos que están comentando en esta noticia