Una anciana británica de 81 años que durante diez hizo la vida imposible a sus vecinos fue condenada hoy a seis meses de cárcel por acoso y por violar las restricciones que le había impuesto la justicia por su comportamiento antisocial. Evans llamaba constantemente prostituta a su vecina y le decía a la hija de ésta, de 13 años, que era una bruja e iba a echarle un mal de ojo y matar a su perro, además de pegarles con el bastón.
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