Hace 6 años | Por Izaga a lanacion.cl
Publicado hace 6 años por Izaga a lanacion.cl

El neurólogo alemán Gerald Hüther sostiene que, en muchas personas, el trabajo cotidiano afecta las mismas zonas del cerebro que el dolor físico y que quien vive esa experiencia difícilmente puede recuperar la motivación, según informa hoy el Frankfurter Allgemeine en su edición digital “Mucha gente tiene en el trabajo experiencias en las que se activan las mismas redes del cerebro que reaccionan cuando hay dolores físicos. Quien pasa por esa experiencia dolorosa difícilmente puede recuperar la motivación”, dijo el neurólogo.

Comentarios

valoj

#4 Me ha picado la curiosidad con tu comentario. Lo único que se me ocurre para que etimológicamente la palabra trabajo venga de "tortura", almenos tal como la entendemos hoy, es que en la sociedad romana (imagino que el latín al que aludes era el suyo), el trabajo se considerara socialmente en ciertas clases como algo doloroso, indigno y denigrante. Oséase, esclavismo. (gran asimetía de clases, como mínimo).

No niego que el trabajo sea una putada, y más en nuestras condiciones (yo sigo haciendo Euromillones, que queréis, soñar es gratis). Sólo digo que si esa es la etimología de la palabra, oye, tampoco es eso. De hecho la palabra lúdico viene de ludus (creo), las casas de entrenamiento de esclavos como gladiadores. No nos gustan los toros, nos van a gustar los gladiadores. Pero ir al cine es algo lúdico, ¿no?

D

#14 Es interesante lo que dices. A mí se me ocurre que en cierto modo —y salvando las distancias, por supuesto— hoy en día también hay cierto "aroma" de "esclavitud" en el ámbito del trabajo. Por supuesto que no en todos los casos, pero sí en un porcentaje significativo de casos. De hecho, podríamos clasificar dos grandes categorías de percepción laboral: 1) Quienes se sienten agobiados, obligados por las circunstancias a desempeñar una actividad que no les entusiasma, con el fin de "ganarse la vida" y porque "la vida es así", y en algunos casos hay quienes se pueden considerar hasta cierto punto no diré que esclavos pero sí incómodos, tanto como para considerar su trabajo como una actividad sufrida (gente así, tanto entonces como hoy en día, podría decir —al ir a trabajar— con bastante naturalidad cosas como "me voy al tripalium", o "me voy a la faena", o "uf, ¡qué cruz!", por considerarlo algo ingrato). 2) Y otras personas, por el contrario, trabajan en algo que les gusta e incluso les entusiasma, por ejemplo un trabajo creativo en unas condiciones aceptables, o un trabajo que, aunque rutinario, les relaja. Para estos el trabajo puede ser un placer, y por lo tanto no dirían "me voy al tripalium" ni cosas así, o si lo dijeran no sería en un sentido peyorativo.

Pero como una de estas dos categorías generales tiene que ver con la incomodidad (sufrimiento), esto podría explicar en buena medida la motivación para que a lo largo de los siglos se vinculara el tripalium con nuestra actual palabra "trabajo". La asociación de las palabras "trabajo" e "incomodidad" perdura hoy en día.

Es interesante también lo que comentas sobre la palabra lúdico. No sabía que venía de ahí. Gracias por comentarlo. Saludos.

rafran

#14 Es que nuestro idioma es peculiar. Hace muchos años un profesor nos contó la contraposición entre el idioma español y el inglés, y como ejemplo nos puso la palabra "negocio". Según él (reconozco que no lo contrasté, asi que perfectamente nos pudo tangar), en castellano venía de "negación del ocio"; mientra en inglés, "business", es algo así como "ocupación". Según él esto reflejaría parcialmente la forma de pensar de los hispanoparlantes y angloparlantes

daphoene

#22 nec otium, no-ocio, es latín, en todo caso reflejaría el sentir de los romanos, no de los hispanoparlantes. Por otro lado, los anglos también tienen mucha influencia directa e indirecta del latín.

valoj

#22 Yo no soy lingüista. Bien puede ser lo que dices, o no. Asumiendo que sea cierto, a mí lo que me resulta interesante es pensar en por qué etimológicamente (y por ende, antaño social y culturalmente), un negocio se entendía como "negación del ocio".

Debo decir, sin embargo, que la palabra "negocio", y lo que dices de "negación del ocio", son sospechosamente similares, demasiado. Y "business" es negocio, sí, pero también tiene muchas otras acepciones actuales (Mind your business!)

m

#14 sin querer sacar punta a tu comentario.

Actualmente tienes unos cuantos aficionados a los toros, pero tienes cientos de miles aficionados al boxeo y a la MMA que, en mi opinión, no son mas que gladiadores evolucionados.

No se matan entre ellos y se saludan al empezar y acabar.... pero no les veo mucha mas diferencia.

valoj

#26 Era una forma de hablar, para ejemplificar una idea. Aunque en parte tienes razón, el MMA a mí me parece un espectáculo morboso (el boxeo, no me gusta, pero parece más noble, más deportivo), el MMA es de mal gusto, según mi forma de ver. Pero almenos, esta gente, es libre de hacerlo y lo deciden. Un gladiador, en cambio, era un esclavo al que se obligaba, egañaba y manipulaba para que diera su vida para las masas,

D

hay que pedir que le den el Nobel, pero ya

D

#6 es muy duro

D

#9 #8 Te dicen que lo han hecho aunque sea mentira.

anv

#12 Ah, ya descubrieron el truco. Pero bueno, siempre puedes pedirles que lo hagan de nuevo.

anv

#6 Prueba con esta solución:

D

#6 Espera a experimentar la patada en los cojones. Nivel máximo.

Itsallgoodman

“Ya en el colegio aprendemos que tenemos que limitarnos a hacer lo que nos digan y cuando son mayores los niños van a trabajar con la misma falta de motivación que tenían en el colegio“, dijo Hüther.

valoj

#5 ¿Y esa es una crítica hacia el sistema educativo o hacia al laboral? Porque tengo cera de sobra para darle a ambos.

Eso sí, si es hacia la educación, y la alternativa son estas payasadas que se sacan de la manga los gobiernos de turno y los "pedagogos" modernos, casi que prefiero la educación del XX. Eliminar la filosofía, educación para la ciudadanía (AKA, comecocos para la ciudadanía que interesa), moralina en vena y ningún criterio. ¡Viva el borreguismo! ¡y viva Santillana! La única que se beneficia.

Eso sí, el tema religioso, cuidadito. Educación en contra el heteropatriarcado diabólico y sus ya incontables ramificaciones. A las matemáticas, ¡Que les den! ¿La fiolsofía? Bah, a quien le importa. La importancia y valor de las lenguas y la literatura.. Ostia, ¡Catalunya!

Y así nos va, prefiero a trabjadores desmotivados con criterio (que muchas y reales razones tienen para desmotivarse), que una masa carcomida e idiotizada.

D

Después de ese concienzudo trabajo, al tío le tienen que doler hasta las pestañas.

D

No hace falta ser un neurólogo de fama mundial para saber que trabajar duele.

Jemomo

#7 Toda la razón. Pero no sé por qué, pero éste se acaba de convertir en mi neurólogo favorito

frankiegth

#7. Sí hace falta ser neurólogo, primero para tener acceso a medios adecuados que corroboren las hipótesis, y segundo para que el mundo te escuche como autoridad en el tema.

La palabra de este neurologo puede llegar a motivar cambios en las legislaciones laborales de los paises, mientras que las opiniones de barra de bar tienden a ahogarse entre el café y el ruido.

x

Eso lo sospechaba yo, mi espalda no falla lol

D

Muchas. Ni algunas ni pocas ni todas.
Ve a tomar por culo bonito.

T

Quien pasa por esa experiencia dolorosa difícilmente puede recuperar la motivación, dijo el neurólogo...
...y ahora me voy a casa, estoy viejo para esta mierda de trabajo. -Añadió.

capu

Ya empieza el dolor!

D

el trabajo que es un esfuerzo mas o menos paulatino y constante
nos hace inmunes al dolor mas intenso y repentino...?...

DonaldTrump

Los podemitas ya no saben qué inventar para no trabajar.