[C&PEstoy muy acostumbrado a la lectura de voluminosos legajos jurídicos. Calculadora y cronómetro en ristre, reflexiono serenamente pero con urgencia sobre el dato cuantitativo –y también cualitativo- que supone en pocas horas absorber este formidable caudal de 50.000 folios, agrupados en 291 tomos, lo que implica que cada tomo se compone de 172 páginas. Es decir, más o menos son casi tres centenares de libros. Que hay que leer, subrayar, entender, ordenar, procesar y resumir. Se me antoja titánica la encomienda.
Comentarios
Pues ni lo sé, ni me importa, pero es su trabajo. Aun así no creo que cada abogado tenga la necesidad de leerse los 50.000 sino únicamente la parte que le corresponda a su cliente. Y además el juicio no va a ser mañana con lo cual tiene tiempo de sobra...
A mi me importa porque aun siguen diciendo los politicos que no hay nada nuevo y dudo seriamente que incluso ahora alguien haya leido el sumario entero.
¿De verdad los leen?
Parece mentira que a estas alturas el articulista no se haya enterado de la existencia del OCR ( reconocimiento óptico de caracteres). Supongo que los abogados habrán contratado a empresas especializadas en OCR para convertir los PDF escaneados en modo imagen , en texto ( los mal llamados documentos Word) .
Con programas especializados de búsqueda de palabras clave, que resaltan lo relevante de las fórmulas paja legalitis, debe ser posible bucear en tanto folio.
Parece titanica la empresa de leerlos, pero hay gente repugnante del PP que no dan importancia a el haberlos reunido.
al final no ha dicho el tiempo que se tarda
#4 es que aun no ha termindo