Cada vez que nace un niño en el primer mundo, llena de alegría a su familia y también se alegran sinceramente las multinacionales, ¡¡ Un nuevo consumidor ha nacido !!. Solía decirse que un niño nace con un pan bajo el brazo. Ahora los niños nacen con una canastilla de productos para el bebé (o varias), es la forma que la sociedad de consumo tiene de darle la bienvenida al primer mundo.
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