En el auge de mediados de la década de 2010, Agustín llegó a obtener la impresionante suma de 33,000 pesos (ahora unos 1,700 dólares) por un kilo de goma de opio que raspaba de las vainas de amapola que cultivaba. Además, la demanda era tan grande que no podía satisfacer a su comprador. Los traficantes convertían la goma en heroína para el floreciente mercado estadounidense de adictos, muchos de los cuales en ese entonces habían dejado de consumir opioides legales como el OxyContin.
|
etiquetas: fentanilo , opio , comercio , méxico , drogas , opiáceos , oxycontin