El pasado lunes, este organismo decidió prohibir el acceso a Burning Crusades, la segunda actualización de World of Warcraft (WoW), uno de los videojuegos abanderado de este género, pidiendo a NetEase, la compañía encargada de su gestión en el país asiático, a suspender el acceso al juego, bajo la amenaza de multas. La GAPP quería ampliar así su control sobre el uso que los ciudadanos chinos pueden hacer de Internet y justificaban este cierre bajo el argumento de que se trata de una actividad que puede "producir adicción".
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