"Los tubos de escape de nuestros automóviles son el más implacable asesino que nos ataca en nuestras ciudades. 3000 londinenses mueren al año a causa de la inhalación crónica de las partículas mortales que desprenden los escapes. No se han contabilizado las muertes en otras ciudades del país. El dióxido de nitrógeno es una de las principales causas de la muerte directa e indirecta y de la epidemia de asma que afecta a uno de cada siete niños británicos. Según la UE Londres es la capital más contaminada, por delante de Paris, Roma y Bucarest."
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