Hace 11 años | Por fredo.mcclane a yorokobu.es
Publicado hace 11 años por fredo.mcclane a yorokobu.es

¿De verdad coloca fumar hebras de plátano? ¿Es cierto que los camellos regalan calcomanías impregnadas de LSD a la puerta del colegio? Eduardo Hidalgo desmonta estos y otros mitos sobre las drogas aplicando el más estricto método científico: comprobándolos en su propio cuerpo.

Comentarios

fredo.mcclane

Nadie dijo que fuera fácil fumarse un tripi para comprobar si el LSD coloca cuando se fuma (no coloca), o cubrir los bracitos de tus propios retoños con calcomanías de Micky Mouse para observar reacciones más raras de lo normal entre los chavales

Esto es pasión por el método científico!!

D

Cuando en América Latina queremos decir que alguien es tonto decimos que se fuma las cascaras de plátano roll

dandeoz

una memez

fredo.mcclane

#6 ¿Por qué?

t

Tio Paco, ¿a tí de pequeño te poniáin dos (calcomanías, digo) o qué?

Y, hasta donde yo sé, lo que es una memez es divulgar bulos no refutarlos. Corrigeme si me equivoco, Macareno.

t

¿O era una de doble gota?

t

Tio Paco, ¿a tí de pequeño te poniáin dos (calcomanías, digo) o qué?

Y, hasta donde yo sé, lo que es una memez es divulgar bulos no refutarlos. Corrigeme si me equivoco, Dandeoz.

ElTioPaco

yo le quitaba a sus hijos ahora mismo, pedazo de hijo de puta si es cierto.

fredo.mcclane

#2 Tampoco les hace nada a los críos...leete bien todo el artículo. Es bastante interesante este tipo:

¿Y quién es este Eduardo Hidalgo Downing —se preguntará el lector— para pontificar con semejante autoridad sobre el particular? Pues aparte de lucir un impactante currículum de consumo de sustancias prohibidas que ocuparía la mitad de este artículo, EHD es psicólogo y ha trabajado durante una década en Energy Control, una ONG que, partiendo de la base de que a la gente le gusta colocarse, intenta que lo haga sin jugarse la salud. Huelga decir que Hidalgo es ferozmente antiprohibicionista y libertario en este y otros asuntos. Lo que no se encuentra en el estanco o en la bodega se puede conseguir en el mercado negro, casi siempre adulterado, la mayoría de las veces a un precio absurdamente desorbitado. Uno de los efectos colaterales (y no es el peor) de la fracasada guerra contra las drogas.

M

#4 Leer los textos completos está sobrevalorado