En los ambientes profesionales es típico el comentario "ese ha llegado a jefe siendo mala persona". Muchos trabajadores han conocido algún individuo con un puesto de responsabilidad que es egoísta, manipulador y agresivo. Lo que no está tan claro es si esas características de la personalidad son las que ayudan a medrar en el mundo laboral. Ser intimidante o agresivo puede dar ventajas en el trabajo pero también lleva consigo limitaciones sociales. Los beneficios obtenidos con la intimidación se neutralizan con la falta de alianzas laborales.
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etiquetas: trabajo , antipatía , ascenso , psicología
Lamentablemente los afectados pueden ver disminuir su productividad laboral ante el miedo de hacer cosas mal, hacen lo justo, lo correcto pero no arriesgan, tienen menos iniciativas y se progresa menos.
Esto crea un ambiente de control que mantiene a unos en el poder y a otros callados, lo cual puede hacer que un servicio funcione pero no va a ser nunca el… » ver todo el comentario
Hay aunténticos cabronzos tacticistas con visión estratégica que ven absolutamente todas las decisiones en términos de coste de oportunidad y que son bastante agradables al trato.
Lo terminaron echando porque varios compañeros lo tenían cogido por los cojones para llevarlo a juicio por acoso, injurias... (emails, testigos ajenos a la empresa, alguna grabación...) y eso implicaba… » ver todo el comentario
La entradilla y el titular plantean una falacia de falsa dicotomia
Con tener alguien que empuje, y un buen bonus por ahorrar tiempo, es suficiente.
Cada vez hay menos gente dispuesta a asumir el extra de trabajo y quebraderos de cabeza más allá de ir a su puesto, hacer sus horas y sus cosas, y volverse a su vida con los dineros ganados por su trabajo. Y me parece algo maravilloso. Primero porque los trabajadores nos hemos dado cuenta que la meritocracia...regular. Y segundo porque indica que los trabajadores priorizamos la felicidad y entendemos que el trabajo es una forma de comprar comida y casa. Nada más.