La violencia política es el uso de la fuerza física, o la amenaza de usarla, para lograr fines políticos. Un nuevo estudio, publicado en The Lancet, sugiere que varias formas de prejuicio se asocian con la creencia de que la violencia política está justificada en Estados Unidos. Quienes se mostraron más de acuerdo con esos prejuicios también dijeron con mayor frecuencia que apoyaban o que personalmente se implicarían en violencia para lograr objetivos políticos. Artículo:
www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2667193X25002455
Equidistancia es lo que necesitamos.
Gracias por ilustrarnos.
En el ni machismo ni feminismo, que si se escucha de manera real. Con feminismo, no se refiere al feminismo de diccionario, el de hombres y mujeres iguales ante la ley y mismos derechos, sino al actual de discriminaciones positivas.
Las formas menos prevalentes, como el antisemitismo, tendieron a tener las conexiones más intensas con el apoyo a la violencia. En contraste, sesgos más comunes, como la homonegatividad, mostraron asociaciones menores, pero aún significativas. Esto sugiere que quienes respaldan con fuerza prejuicios más raros sostienen opiniones más extremas en general, lo que puede hacerlos más proclives a creencias o conductas violentas.
Curioso, el que odia a los judíos es más proclive a usar la violencia que el homofóbo.
A mí me hubiera gustado que en la encuesta se incluyese también el odio a otros grupos sociales, ya que se ponen... El odio a los tibios por ejemplo
Hasta hace poco, la violación dentro del matrimonio no se consideraba como tal.
Hago chas! Y desaparecen los problemas.
Hay que distinguir el odio, de la repulsa.
Me parece feo el equidistante, en según que temas, me parecen cobardes.
Sin embargo, intento con paciencia y pedagogía, señalar su error.
No se puede por ejemplo, ser equidistante frente a un genocidio. O frente a aquellos que dejan morir a la… » ver todo el comentario
Para contextualizar, el estudio de la noticia incluía cuestiones como: “Los hombres gays y las mujeres lesbianas deberían dejar de restregar su estilo de vida por la cara de los demás”; “Me da miedo que nuestra cultura se pierda con el aumento de la inmigración” etc.
Se explica muy bien en el "Pensar rápido, pensar despacio" de Daniel Kahneman
Hasta el Sr. Spock
No discrimino por raza, sexo, religión ni nada de eso.
Siempre he pensado que todos los demás sois iguales.
Lo contrario es caer en el racionalismo que llevado a su máxima expresión es contraproducente. Ni su creador, René Descartes (el de pienso, luego existo) vivía libre de ellos, de lo contrario no podría realizar acciones cotidianas como por ejemplo comer.