Sí, ya sé que tu historia no tiene ni pies ni cabeza. ya sé que has venido a contarme eso porque no se lo puedes contar a nadie más. Ya sé que estas segura de que no te creo, de que te estoy dando cuerda, de que te estoy siguendo la corriente, como una loca. Pero no es cierto. El caso es que todo lo que me has dicho suena a gilipollez, pero te creo. De alguna manera, todo eso ha sucedido, aunque sólo sea en tu cabeza. ¿Lo ves? te cabreas, porque decir que ha sucedido en tu cabeza es como decir que no ha sucedido. No, no …  
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