En los finales de la II Guerra Mundial, George Orwell vió que el mundo enfrentaba un futuro colectivista y estatalizado, que se gobernaría de manera totalitaria si no se establecía alguna forma de sociedad libertaria y socialista. Una influencia importante fue James Burnham, quien, en dos libros, The managerial revolution y The Machiavelians, publicados en 1942 y 1943, articuló muchas de las ideas sobre colectivismo, totalitarismo y la búsqueda del poder de la intelectualidad que Orwell había estado desarrollando en los últimos años.