Castilla-La Mancha tiene un recetario tradicional de dulces típicos que merecen mucho más la pena que los modernos Miguelitos. Rosquillas -de las horneadas, de las fritas y de huevo-, tortas de manteca, magdalenas gigantescas, pastas de almendra, roscos, mantecados manchegos, tejas, tortas de cañamones, flores fritas, lazos de hojaldre, antojos, bollitos de anís y mistela, suspiros, galletas caseras, obleas, alajú conquense, bizcochos, hojuelas, tortas de Alcázar...