Viajeros y comerciantes necesitaban un lugar donde alojarse al llegar a una ciudad y un espacio seguro en el que depositar sus mercancías. El funduq respondía a esta demanda de alojamiento y seguridad. En él se podía descansar, comprar, vender, hacer reparaciones, obtener nuevos suministros o informaciones, resguardarse del clima, almacenar mercancías a buen recaudo, pagar impuestos o alimentarse. Los motivos por los que se emprendía un viaje en la Edad Media eran muy variados (político-militares, científicos, económicos, religiosos, etc.)...