Recientes investigaciones demuestran que todos los seres vivos emiten una luz extremadamente débil, conocida como emisiones ultra-débiles de fotones (UPE), visible únicamente con equipos altamente sensibles, y que esta luminiscencia desaparece al morir el organismos (,,,) Tras la eutanasia de los animales, pero manteniendo su temperatura corporal a 37 °C, la emisión de fotones se redujo drásticamente, confirmando la dependencia de las UPE del estado vital. Resultados similares se observaron en hojas de Arabidopsis thaliana y Heptapleurum arbori