Antes de que el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla (PP), saliera a decir, ya de noche, que había aceptado la dimisión de la consejera de Salud, Rocío Hernández, varios miles de personas, en su mayoría mujeres, se habían manifestado ante la sede principal del Servicio Andaluz de Salud (SAS) en Sevilla. Tras meses de desconcierto y después de conocerse –adelantados por la SER– los «inadmisibles fallos» en el programa de cribado del cáncer de mama, las mujeres han exigido no ya la dimisión de la consejera, sino del propio presidente, a