#30 los de correos es un despiporre, antes todo el mundo se mataba por los puestos de atencion al publico, por que era sentarse, tramitar paquetes, giros y poco mas, pero con la "liberalizacion" de correos, ahora son banco, agencia de seguros, ect... tienen que conocer una cantidad de productos y servicios absurda, ahora la gente prefiere estar en reparto (te da el aire, te mueves con el carrito por los barrios). Vamos imposible que alguien que coja un "teleclub" haga de oficina de correos con lo que conlleva ahora, punto de reparto de paquetes si, eso es solo una estanteria y un sistema sencillo de inventario, pero ya hacer labores de envio o de ventanilla, imposible compaginarlo con llevar el bar.
El principal problema de la sociedad actual: la cantidad ingente de gilipollas que hay por todos lados. Ejemplo visto por mi: Florencia. Vas a ver el museo donde está, entre otras obras impresionantes de arte, el David. Pues el 90% de los que allí iban, pose y fotito con Davicito y para fuera. Acojonante el nivel de gilipollismo que se alcanza.
Antes de la llegada del móvil "inteligente" y las redes sociales, el tonto del pueblo estaba acotado a su pueblo, nadie le hacía caso y fuera de ahí no era nadie. Ahora el tonto del pueblo es youtuber, instagramer y mierdas varias y los demás gilipollas le engordan los bolsillos viendo como se vicia al Fifa o intenta comer un yogur sin babarse. Y si ya recomienda un lugar, los de esa zona pueden darse por jodidos.
No cabe un tonto más en esta era del subnormal que nos ha tocado vivir.
No parece razonable ser irresponsable e ir exigiendo al mismo nivel que otros no lo sean.
Antes de la llegada del móvil "inteligente" y las redes sociales, el tonto del pueblo estaba acotado a su pueblo, nadie le hacía caso y fuera de ahí no era nadie. Ahora el tonto del pueblo es youtuber, instagramer y mierdas varias y los demás gilipollas le engordan los bolsillos viendo como se vicia al Fifa o intenta comer un yogur sin babarse. Y si ya recomienda un lugar, los de esa zona pueden darse por jodidos.
No cabe un tonto más en esta era del subnormal que nos ha tocado vivir.
Ale, ya me he quedado a gusto.