Hola. Yo soy muy profano en estos temas de motores y energías y tal, pero si conozco la singular historia de Don Arturo Estévez Varela. Este hombre es natural del Valle de la Serena en Badajoz, pueblo donde veraneo porque allí nacieron mis padres.
Don Arturo fue un inventor toda su vida, si le buscáis en la oficina de patentes tiene gran cantidad de patentes a su nombre, todos ellos relacionados con el hidrógeno, los rayos infrarrojos, la luz solar... recibiendo incluso por algunos premios en certámenes internacionales, además recuerdo que trabajó en algún proyecto en la NASA para la recuperación de cápsulas espaciales y cosas así.
El caso es que don Arturo SI era un inventor como la copa de un pino y lo fue toda su vida.Y su polémico motor de agua, que en el fondo no es mas que un primitivo motor de hidrógeno, SI que demuestra que fue uno de esos inventores adelantados a su tiempo que querían cambiar el mundo. Ahora es cuando yo recuerdo a un tal Tesla y tal.
El polémico motor de agua? pues si, efectivamente, era un motor primitivo, producía menos energía de la que necesitaba para funcionar? pues seguramente, pero era eso, un primer intento, y es ahí cuando don Arturo pide apoyo a los investigadores patrios de la época, y es ahí cuando recibe una negativa del gobierno de la época, y de hecho le obligan a abandonar el desarrollo del motor de agua con un "Ya hemos hecho bastante el ridículo Don Arturo."
Quizá el trato que Arturo Estevez Varela hubiera recibido en otro país, hubiera sido distinto, mas comprensivo, mas amable, no sé.. pero aquí en la España de Paquito fue así.
Edito: De hecho, he visto ahora en internet como su rudimentario motor es la base de investigación de energías alternativas en un par de proyectos en universidades extranjeras.
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#53 ¿Y de la hoz y el martillo que opinas? ¿En la URSS no se mataba a gente por sus ideas?
Eso es porque no comprendes la diferencia entre una ideología y otra. No hay ninguna ideología llamada URSSionismo ¿entiendes? Fue un fracaso de la ideología llamada "comunismo", que en ninguna de sus bases teóricas he visto yo la defensa de la violencia por parte del estado (a no ser que me pases una referencia que indique lo contrario).
En cambio, de lo que estamos hablando es de "fascismo", cuyas bases teóricas sí defienden la violencia. ¿Eres capaz de ver la diferencia?
Te recomiendo la lectura del siguiente artículo:
http://knocte.blogspot.com.es/2006/05/la-simbologa-nazifascista-es-ilegal-la.html
Por el contrario, la simbología fascista, tanto en banderas u otras formas, sí que es ilegal. Y lo es porque no les protegen los artículos y leyes referentes a la libertad ideológica o de expresión, sino todo lo contrario. Según un formalismo tan puro como absurdo, igual que es legal la ideología, expresión y militancia republicana debería serlo también la fascista. Pero esto no es así por una razón material, es decir, de contenidos: los fines republicanos y sus medios no tienen nada que ver con los fascistas. Mientras que el republicanismo aspira a la democracia, la libertad y la paz, el fascismo es la negación absoluta de estos conceptos (cualquier estudiante de la ESO con lo que sabe de Historia puede ratificarlo, y por supuesto cualquier catedrático de Historia).
La experiencia histórica del nazismo en Alemania, Mussolini en Italia o Franco en nuestro país es prueba de que el fascismo, en sus diferentes manifestaciones, y según grados, significa anulación del pluralismo político y la democracia, represión política de los demás partidos e ideologías, uso sistemático de la violencia, exclusión sociopolítica (y eliminación física incluso) por motivos de raza, etnia, ideológicos o de capacidad física o psíquica, y uso de la guerra como instrumento de política exterior. Dado que la Constitución de 1978 establece "como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político" (art. 1.1 CE) cualquier forma de fascismo es inconstitucional e ilegal precisamente por ir en contra del primero de los artículos de la propia Constitución.
Y los constituyentes de 1978, y los diferentes parlamentos que desde entonces se han sucedido, no han sido ni son tan tontos como para dejarse engañar por un formalismo que, pretendiendo ampararse en la libertad ideológica y de expresión, incitase y se organizase precisamente para acabar con esas libertades y derechos y de paso con la propia Constitución y sus valores. Cualquier persona mínimamente formada sabe que ningún derecho es absoluto, sino que todo derecho ha de entenderse en su necesaria correlación con los demás derechos y el contexto social en que se ejercita. De este modo, el derecho a la libertad de expresión, por ejemplo, está limitado por el derecho a la seguridad, al honor, a la vida y a la integridad física, derechos que son reiteradamente violados por el fascismo cuando enarbola banderas referentes a contenidos racistas, xenófobos, homófobos o que exaltan periodos de la historia en los que se asesinaba a personas por sus ideas políticas.