Es la cadena alimentaria, los animales se comen unos a otros para sobrevivir. Pero no todos pueden o deben hacerlo en cualquier sitio. Cada especie pertenece a un ecosistema y fuera de él pueden causar daños irreparables. Las tortugas que muchos gijoneses regalan a sus hijos como mascotas proceden del sur de Estados Unidos y, pese a su aspecto tranquilo e inofensivo, en realidad resultan «voraces» cuando aparecen sueltas en la ciudad.
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