C&P: Puestos a buscarle algún valor psicológico, el cotilleo, en efecto, tiene uno: el poder sentirnos un peldaño por encima –en honradez, inteligencia, buenas maneras o costumbres– de aquél que está siendo despellejado, sin caer en la cuenta de que por menguadas que sean las de éste, nosotros estamos poniendo de manifiesto una estupidez casi ilimitada al pensar que denigrar nos enaltece, y que basta con subrayar la necedad de otro para que el orbe entero quede ciego ante la luz que de inmediato irradia nuestra inteligencia.
|
etiquetas: rumores , control social , insulto