Hace 3 años | Por Quinqui a elpais.com
Publicado hace 3 años por Quinqui a elpais.com

Luchar contra el estrés, la ansiedad y la depresión se convierte en una prioridad para las grandes empresas

Comentarios

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Parece una tontería, pero fuera de la "elevada torre de marfil" (risas enlatadas) que es Menéame, por nuestra cultura, gran parte de la forma de vivir, de la forma en la que se ha aprendido a tolerar -e incluso disfrutar- la existencia en este país estaba vinculada a la hostelería y el ocio nocturno. La juventud no tiene trabajo, la gente de mediana edad no tiene futuro y quien esté entrando en la vejez se dará cuenta de que es la antesala a tener en marcadores el formulario de pedir cita en tu centro de salud y tener que compar pastilleros cada vez más grandes y más organizados. La vida aquí no es precisamente bonita para casi nadie, pero cuando uno se sentía cansado se apoyaba, disfrutaba de la compañía de gente y tomaba fuerzas para el camino.

Eso ya no está para muchos. No en una versión que sirva de la misma manera. Y no porque no nos demos cuenta de que lo estamos pagando deja de tener un precio.

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Pues no me quiero ni imaginar la de los "no trabajadores" que se encuentran en paro porque el ERTE se ha materializado en ERE.

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#1 No pongamos a enfrentarse a los últimos contra los penúltimos por dios.

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"Luchar contra el estrés, la ansiedad y la depresión se convierte en una prioridad para las grandes empresas" Prioridad mis cojones: al que deje de rendir por estos problemas, a la puta calle le mandan. Con tanto paro, siempre habrá alguien más.

Arcueid

Es natural que se den estos síntomas, incluso entre aquellos que tienen trabajo. Pero no sólo se dan por no ver la salida del túnel, sino por otros motivos como pueden ser el propio estrés del trabajo, en aumento, o la volatilidad del mismo, en otros.

La solución de las empresas, según el artículo, es que aparte de poner psicólogos para que "receten mindfulness" es organizar la vuelta de los empleados. Cuidado con eso, porque en este país de blanco y negro muchos no consideran las medias tintas, la voluntariedad de ir a la oficina o que cada uno tenga un estado emocional diferente en esta situación, como para hacer las mismas actividades.