En el barrio de Vallcarca, trece jóvenes migrantes viven juntos en una casa de acogida del programa BACstation. Durante el tiempo que residen ahí, aprenden a hablar catalán y castellano, hacen diversas formaciones, buscan regularizar su situación y labrarse un futuro en España. Además de estudiar, también crean conexión con el barrio en el que están. Un aspecto fundamental, tanto para los jóvenes como para los creadores del proyecto, que entienden que socializar les abre puertas y actúa como antídoto contra el racismo.
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