#12:
Ramón y Cajal en sus memorias comentaba que algo parecido pasaba en el ejército español durante la guerra de Cuba (sirvió allí en un hospital de campaña):
"En dos o tres ocasiones habíanseme quejado los enfermos sujetos a ración de gallina de la insipidez y aspecto estropajoso de las raciones servidas. Extrañado de la queja, me propuse averiguar a todo trance por qué las aves de corral habían perdido de pronto su exquisito sabor. El azar llevome cierto día a pasear por los alrededores del poblado, donde sorprendí un bien repuesto gallinero, perteneciente al cocinero del hospital. Este encuentro fue para mí un rayo de luz. Y enlazando los hechos y olfateando las pistas, vine a resolver al fin el problema, amén de averiguar otros muchos abusos cometidos, con la complicidad del cocinero y practicantes, a beneficio del jefe y oficiales de la guarnición.
El escamoteo de las gallinas verificábase de dos maneras: 1.ª De acuerdo con el cocinero, recibían los enfermos como buenas raciones de gallina trozos de ésta de que se había extraído previamente el caldo, y despojados, por tanto, de substancia. 2.ª
Los practicantes cargaban en la libreta de prescripciones y régimen, firmada diariamente por mí, cierto número suplementario de raciones. Merced a tan burda invención, practicantes y oficiales comían pollo a todo pasto y aun quedaba algo para poblar el corral del cocinero, un negrazo tan bellaco como insolente. La confrontación, hecha de memoria para no inspirar recelos, de las libretas del régimen, antes y después de ser enviadas a San Miguel por el practicante, corroboró la realidad del abuso y me reveló además que, apelando al socorrido procedimiento de las adiciones, casi toda la carne, huevos, jerez y cerveza consumidos por los oficiales y practicantes salía del presupuesto del hospital."
"¡Cuán desconsolador para un corazón de patriota es, después de cuarenta y nueve años, reconocer que todavía buena parte de nuestros militares, empleados y hasta próceres políticos siguen entregados al saqueo del Estado! Y es que para muchos españoles el Estado es pura entelequia, vacuo ente de razón. Estafarle equivale a no estafar a nadie. ¡Singular paradoja, creer que no se roba a nadie cuando se roba a todos!"
#10:
El sisar o directamente robar del gasto en comida dentro de las fuerza armadas es una costumbre secular. Cuando hace más de 20 años realice el servicio militar puede observar varias de estas prácticas:
- Estadillos falsos sobre el número de menús servidos en los cuarteles: los datos de sábados y domingos eran similares al resto de la semana cuando se sabe que esos días apenas estaba el 10% del personal.
- Mando responsable de cocina cargando el maletero de su coche particular con todo tipo de suministros del almacén de cocina.
- Variaciones escandalosas en cuanto a cantidad y calidad de las comidas según cambiaba cada mes el mando responsable.
- El bar de la tropa siempre daba beneficios, pero esos beneficios se los chupaban en el bar de los oficiales, donde hacían comidas o cenas a todo lujo.
#1:
GRRRR
"El operativo era simple: las empresas encargadas del cátering de la residencia, presentaban facturas de suministro de alimentos que nunca se entregaban, y “con el visto bueno de los directores de la residencia”, se pagaba a esos proveedores “generando un fondo monetario” que posteriormente los mandos militares y los empresarios se repartían.
Ante la precariedad, los estudiantes adquirían alimentos en los supermercados cercanos para sus despensas personales, a pesar de que abonaban 400 euros por su estancia"
Ramón y Cajal en sus memorias comentaba que algo parecido pasaba en el ejército español durante la guerra de Cuba (sirvió allí en un hospital de campaña):
"En dos o tres ocasiones habíanseme quejado los enfermos sujetos a ración de gallina de la insipidez y aspecto estropajoso de las raciones servidas. Extrañado de la queja, me propuse averiguar a todo trance por qué las aves de corral habían perdido de pronto su exquisito sabor. El azar llevome cierto día a pasear por los alrededores del poblado, donde sorprendí un bien repuesto gallinero, perteneciente al cocinero del hospital. Este encuentro fue para mí un rayo de luz. Y enlazando los hechos y olfateando las pistas, vine a resolver al fin el problema, amén de averiguar otros muchos abusos cometidos, con la complicidad del cocinero y practicantes, a beneficio del jefe y oficiales de la guarnición.
El escamoteo de las gallinas verificábase de dos maneras: 1.ª De acuerdo con el cocinero, recibían los enfermos como buenas raciones de gallina trozos de ésta de que se había extraído previamente el caldo, y despojados, por tanto, de substancia. 2.ª
Los practicantes cargaban en la libreta de prescripciones y régimen, firmada diariamente por mí, cierto número suplementario de raciones. Merced a tan burda invención, practicantes y oficiales comían pollo a todo pasto y aun quedaba algo para poblar el corral del cocinero, un negrazo tan bellaco como insolente. La confrontación, hecha de memoria para no inspirar recelos, de las libretas del régimen, antes y después de ser enviadas a San Miguel por el practicante, corroboró la realidad del abuso y me reveló además que, apelando al socorrido procedimiento de las adiciones, casi toda la carne, huevos, jerez y cerveza consumidos por los oficiales y practicantes salía del presupuesto del hospital."
"¡Cuán desconsolador para un corazón de patriota es, después de cuarenta y nueve años, reconocer que todavía buena parte de nuestros militares, empleados y hasta próceres políticos siguen entregados al saqueo del Estado! Y es que para muchos españoles el Estado es pura entelequia, vacuo ente de razón. Estafarle equivale a no estafar a nadie. ¡Singular paradoja, creer que no se roba a nadie cuando se roba a todos!"
El sisar o directamente robar del gasto en comida dentro de las fuerza armadas es una costumbre secular. Cuando hace más de 20 años realice el servicio militar puede observar varias de estas prácticas:
- Estadillos falsos sobre el número de menús servidos en los cuarteles: los datos de sábados y domingos eran similares al resto de la semana cuando se sabe que esos días apenas estaba el 10% del personal.
- Mando responsable de cocina cargando el maletero de su coche particular con todo tipo de suministros del almacén de cocina.
- Variaciones escandalosas en cuanto a cantidad y calidad de las comidas según cambiaba cada mes el mando responsable.
- El bar de la tropa siempre daba beneficios, pero esos beneficios se los chupaban en el bar de los oficiales, donde hacían comidas o cenas a todo lujo.
GRRRR
"El operativo era simple: las empresas encargadas del cátering de la residencia, presentaban facturas de suministro de alimentos que nunca se entregaban, y “con el visto bueno de los directores de la residencia”, se pagaba a esos proveedores “generando un fondo monetario” que posteriormente los mandos militares y los empresarios se repartían.
Ante la precariedad, los estudiantes adquirían alimentos en los supermercados cercanos para sus despensas personales, a pesar de que abonaban 400 euros por su estancia"
Cuando yo hice la mili (si, si, la mili, que soy un carroza), era tradición que el brigada de cocina (labor en la que se turnaban mensualmente los brigadas) se comprara un coche nuevo cada vez que le tocaba. Si el tío se enrollaba, la comida podía ser un poco menos mala. En caso contrario nos pasábamos el mes entero comiendo mierda. Lo juro.
Por favor, es que no hay nadie en este país capaz de gestionar dinero ajeno sin llevarse un pellizco?????? Si es que me contó un amigo que su padre cuando era presidente de su comunidad de vecinos también se llevaba pasta!!!
Yo vi con mis propios ojos como le regalaban un jamón a un subteniente de intendencia del Ejercito del Aire en el almacén de suministros de la Armada de Ferrol
A los coroneles al frente de la residencia cuando se esquilmó la despensa de la institución, Francisco Muñoz, y su antecesor en el cargo, Sebastián Clavijo, el fiscal les pide 21 y 18 años de prisión respectivamente. Junto a los dos coroneles, el ministerio público pide 20 años de prisión para los comandantes José Maestre y Antonio Enrique Palmero. Al capitán Ángel Martín, la fiscalía le pide ocho años y al subteniente Carlos Borromeo 10 años de prisión. Asimismo, están acusados los empresarios que suministraban los alimentos para los estudiantes, Fernando Marín de las firmas Plataforma Femar y Acacio y Manuel Rosso, de Hermanos Rosso, para los que la fiscalía pide 12 años de cárcel.
No era a los controladores a los que había que militarizar, sino otras personas, partidos y organizaciones!
La novedad no es que exista esto, la novedad es que algunos militares (los del tribunal) se atrevan a denunciar e investigar en lugar de "tapar" que es lo que siempre se ha hecho. Alguien honrado ha debido llegar a un alto cargo en el ejército (cosa totalmente anómala) y ha decidido poner orden en el asunto.
Es solo la acusación del fiscal. Contra la costumbre que tienen, los fiscales están actuando contra los corruptos. Ya veremos si el juez estima las pruebas, si le condenan, si cumplen las penas y si no les indulñtann. Esto es solo el primer paso de una carrera de obstáculos.
En España usualmente no vemos justicia en estos casos.
Comentarios
Ramón y Cajal en sus memorias comentaba que algo parecido pasaba en el ejército español durante la guerra de Cuba (sirvió allí en un hospital de campaña):
"En dos o tres ocasiones habíanseme quejado los enfermos sujetos a ración de gallina de la insipidez y aspecto estropajoso de las raciones servidas. Extrañado de la queja, me propuse averiguar a todo trance por qué las aves de corral habían perdido de pronto su exquisito sabor. El azar llevome cierto día a pasear por los alrededores del poblado, donde sorprendí un bien repuesto gallinero, perteneciente al cocinero del hospital. Este encuentro fue para mí un rayo de luz. Y enlazando los hechos y olfateando las pistas, vine a resolver al fin el problema, amén de averiguar otros muchos abusos cometidos, con la complicidad del cocinero y practicantes, a beneficio del jefe y oficiales de la guarnición.
El escamoteo de las gallinas verificábase de dos maneras: 1.ª De acuerdo con el cocinero, recibían los enfermos como buenas raciones de gallina trozos de ésta de que se había extraído previamente el caldo, y despojados, por tanto, de substancia. 2.ª
Los practicantes cargaban en la libreta de prescripciones y régimen, firmada diariamente por mí, cierto número suplementario de raciones. Merced a tan burda invención, practicantes y oficiales comían pollo a todo pasto y aun quedaba algo para poblar el corral del cocinero, un negrazo tan bellaco como insolente. La confrontación, hecha de memoria para no inspirar recelos, de las libretas del régimen, antes y después de ser enviadas a San Miguel por el practicante, corroboró la realidad del abuso y me reveló además que, apelando al socorrido procedimiento de las adiciones, casi toda la carne, huevos, jerez y cerveza consumidos por los oficiales y practicantes salía del presupuesto del hospital."
"¡Cuán desconsolador para un corazón de patriota es, después de cuarenta y nueve años, reconocer que todavía buena parte de nuestros militares, empleados y hasta próceres políticos siguen entregados al saqueo del Estado! Y es que para muchos españoles el Estado es pura entelequia, vacuo ente de razón. Estafarle equivale a no estafar a nadie. ¡Singular paradoja, creer que no se roba a nadie cuando se roba a todos!"
http://cvc.cervantes.es/ciencia/cajal/cajal_recuerdos/recuerdos/infancia_23.htm
Como veréis, nada nuevo bajo el sol.
El sisar o directamente robar del gasto en comida dentro de las fuerza armadas es una costumbre secular. Cuando hace más de 20 años realice el servicio militar puede observar varias de estas prácticas:
- Estadillos falsos sobre el número de menús servidos en los cuarteles: los datos de sábados y domingos eran similares al resto de la semana cuando se sabe que esos días apenas estaba el 10% del personal.
- Mando responsable de cocina cargando el maletero de su coche particular con todo tipo de suministros del almacén de cocina.
- Variaciones escandalosas en cuanto a cantidad y calidad de las comidas según cambiaba cada mes el mando responsable.
- El bar de la tropa siempre daba beneficios, pero esos beneficios se los chupaban en el bar de los oficiales, donde hacían comidas o cenas a todo lujo.
#10 menudo ejército que tenemos, que ni es capaz de asegurar que no le roben desde dentro. Como tengamos una guerra, vamos listos.
GRRRR
"El operativo era simple: las empresas encargadas del cátering de la residencia, presentaban facturas de suministro de alimentos que nunca se entregaban, y “con el visto bueno de los directores de la residencia”, se pagaba a esos proveedores “generando un fondo monetario” que posteriormente los mandos militares y los empresarios se repartían.
Ante la precariedad, los estudiantes adquirían alimentos en los supermercados cercanos para sus despensas personales, a pesar de que abonaban 400 euros por su estancia"
#1 vamos como lo de las facturas falsas que decían los sindicatos andaluces que hacemos todos...
si al final van a tener razón, que lo hacen todos.
Que ocurra "desde siempre" no quiere decir que no haya que acabar ya con estas prácticas
Me suena de la mili estas prácticas
Cuando yo hice la mili (si, si, la mili, que soy un carroza), era tradición que el brigada de cocina (labor en la que se turnaban mensualmente los brigadas) se comprara un coche nuevo cada vez que le tocaba. Si el tío se enrollaba, la comida podía ser un poco menos mala. En caso contrario nos pasábamos el mes entero comiendo mierda. Lo juro.
Por favor, es que no hay nadie en este país capaz de gestionar dinero ajeno sin llevarse un pellizco?????? Si es que me contó un amigo que su padre cuando era presidente de su comunidad de vecinos también se llevaba pasta!!!
En mi cuartel se notaba porque cuando tocaba el «sargento bueno» nos atiborraba de comer, y todo bueno, y cuando tocaba el malo pues iba todo justito.
Yo vi con mis propios ojos como le regalaban un jamón a un subteniente de intendencia del Ejercito del Aire en el almacén de suministros de la Armada de Ferrol
Yo,acuso!
La serpiente cambia de piel, pero no de costumbres...
#3 el mismo perro con distinto collar, que dicen en mi pueblo
A los coroneles al frente de la residencia cuando se esquilmó la despensa de la institución, Francisco Muñoz, y su antecesor en el cargo, Sebastián Clavijo, el fiscal les pide 21 y 18 años de prisión respectivamente. Junto a los dos coroneles, el ministerio público pide 20 años de prisión para los comandantes José Maestre y Antonio Enrique Palmero. Al capitán Ángel Martín, la fiscalía le pide ocho años y al subteniente Carlos Borromeo 10 años de prisión. Asimismo, están acusados los empresarios que suministraban los alimentos para los estudiantes, Fernando Marín de las firmas Plataforma Femar y Acacio y Manuel Rosso, de Hermanos Rosso, para los que la fiscalía pide 12 años de cárcel.
No era a los controladores a los que había que militarizar, sino otras personas, partidos y organizaciones!
#17: Penas bonitas, desde luego... habría que plantearse aplicarlas a políticos.
La novedad no es que exista esto, la novedad es que algunos militares (los del tribunal) se atrevan a denunciar e investigar en lugar de "tapar" que es lo que siempre se ha hecho. Alguien honrado ha debido llegar a un alto cargo en el ejército (cosa totalmente anómala) y ha decidido poner orden en el asunto.
Es solo la acusación del fiscal. Contra la costumbre que tienen, los fiscales están actuando contra los corruptos. Ya veremos si el juez estima las pruebas, si le condenan, si cumplen las penas y si no les indulñtann. Esto es solo el primer paso de una carrera de obstáculos.
En España usualmente no vemos justicia en estos casos.
Del todo por la patria al todo para mí
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elpais.comY me suena haber leído por aquí otra noticia algo más completa que ahora no encuentro.
podrido..el mundo está podrido.
Nasío pa'estafá
Logico.
Visto el panorama nacional, es dificil que estas cosas no sucedan en todos los ambitos, tambien el militar.
Que les metan un buen puro y una vez mas se demuestra que donde no hay luz, sale moho.
Me recuerdan al Domine Cabra del Buscón...
Os jugais algo a que se pierden las pruebas o algo asi y al final condenan a los alumnos por denuncia falsa.
Siempre ha sido el mismo...el brigada de cocina...
Si no se puede confiar comida. Le confías la seguridad del país y armas mortales